Población víctima y vulnerable recibe formación del SENA



Este barrio es habitado por 99 familias en condición de desplazamiento y fue entregado por la Presidencia de la Republica

Armenia, julio 31 de 2013-. Cerca de 80 habitantes del barrio Jardín de la fachada se encuentran recibiendo formación complementaria gratuita y de calidad en diferentes áreas laborales con el fin de mejorar sus perfiles ocupacionales y aumentar sus posibilidades de empleabilidad.

En el marco del programa de atención a población victima, el Centro para el Desarrollo Tecnológico de la Construcción y la Industria en Quindío, ha dispuesto instructores en confección, construcción y bisutería  con el propósito que esta población adquiera competencias para la vida y puedan conformar sus propias unidades productivas.

‘Cuando se  orienta la población y reciben  la formación  en emprendimiento se buscan como resultado  ideas para presentarlas a fondo emprender en las convocatorias  dirigidas a población víctima,  indicó Margarita María Londoño, orientadora de población víctima.

Luz Fay Marín Mantilla, llegó al Quindío hace once años víctima de la violencia, esta mujer emprendedora y pujante sueña con tener su propia unidad productiva de negocios enfocada a su gran pasión, la confección; proveniente de Cali, Valle, Marín Montilla reconoce su talento para confeccionar prendas con tejido de punto ‘yo me dedico a este arte porque encontré gusto por la costura, además me ha permitido contribuir al hogar y a su vez desempeñar mis labores de ama de casa ya que desarrollo mis tareas desde mi casa’ indica.

Actualmente es aprendiz del curso complementario básico de confección, donde además de actualizar sus conocimientos ha adquirido técnicas que le sirven para mejorar la calidad de sus prendas. Asimismo se está formando en emprendimiento con la meta de presentarse a fondo emprender, incluso dentro de sus plantes se encuentra involucrar a sus vecinas víctimas de la violencia.

‘El SENA nos mejora la vida brindándonos mayores oportunidades a través de las formaciones que nos orienta por medio de sus instructores,  personas con grandes cualidades humanas y que nos hacen sentir muy cómodos en la formación’ enfatizó Luz Fay.

Como esta aprendiz, en el barrio Jardín de la Fachada también se encuentran personas de la tercera edad que reconocen estos espacios como una muestra clara de inclusión social, es el caso de Manuel José Acevedo Agudelo un antioqueño de 87 años que hace 50 llegó al Quindío, desplazado por la violencia de la época. Aunque se ha dedicado a labrar el campo y  no puede ocultar su pasión por las plantas, se encontró hace 10 años con la construcción, convirtiéndose en uno de sus oficios; ahora se forma en el SENA en preparación de materiales de construcción, uno de los diferentes cursos que ofrece la entidad.

‘Me gusta mucho lo que nos han enseñado en el SENA principalmente los estucos, además la gente es muy amable y formarse con la comunidad es de gran satisfacción’ indicó Acevedo Agudelo.

Liliana Quintero Valencia, es instructora del Centro para el Desarrollo Tecnológico de la Construcción y la Industria y orienta la formación complementaria en pintura y estucos, ‘El SENA aportó los materiales de formación y se mejoraron 4 viviendas donde ellos pusieron en práctica sus competencias; aprendieron a estucar y pintar así como mezclar estucos interiores y exteriores, también adquirieron técnicas para decoración de paredes’ explicó.

Gracias a esta formación actualmente se promueven unidades productivas enfocadas a confección, manualidades, construcción y productos de aseo. Una de estas ideas es liderada por Gabriel Sepúlveda Jiménez que, aunque no fue beneficiario de una de las viviendas, también es desplazado por la violencia; él en compañía de su hijo Julián David, aprendiz de Tecnología en Gestión Empresarial  en el SENA, desea conformar una ferretería.

‘En este momento estoy adquiriendo competencias en construcción con el fin de ampliar mis conocimientos en esta área para que, de la mano de mi hijo, podamos crear nuestra propia empresa y mejorar la calidad de vida de mi familia y otras personas que podamos emplear’ señaló Gabriel Sepúlveda.

Además de las áreas señaladas estos aprendices han sido formados en ética profesional, emprendimiento empresarial, máquina plana, manipulación de alimentos, cocina básica, entre otros; campos en los que podrán incursionar para la sostenibilidad económica de estas 99 familias que buscan oportunidades de inclusión y un futuro mejor.